¿El hombre más rico del mundo es el más inteligente?
¿Las personas más listas son las más poderosas?
¿Los mejores físicamente son los mejores competidores?
En todos los casos, la respuesta a las anteriores preguntas es NO.
Pese a ser muy inteligentes, las personas más ricas del mundo como son Jeff Bezos (Amazon), Elon Musk (X, Tesla, Space X) o Bernard Arnault (Louis Vuitton Moët Hennessy) no tienen, ni mucho menos el coeficiente intelectual más alto de la actualidad.
De hecho, ¿sabes quién es William Sidis?, seguramente no… y es considerado el hombre más inteligente de la historia, con un coeficiente de entre 250 y 300.
¿Y sabrías decir el nombre de la persona más inteligente de la actualidad? Es el surcoreano Kim Ung-Yong, con 210 puntos, acreditado con el Récord Guinness al coeficiente intelectual más alto.
¿Conocías a alguno?, ¿encabezan la lista de los más poderosos o ricos?.
Y si piensas en otros ámbitos, encontrarás ejemplos de gente que, teniendo a priori peores condiciones que otros, alcanzan unos resultados mucho mayores.
Si te gusta algún deporte, seguro que conoces a deportistas que despuntaban muy pronto, prometían llegar a ser históricos por sus condiciones, pero al final no cumplieron las expectativas.
Contenidos de la página
EL TALENTO NO LO ES TODO, OTRA CUALIDAD SUELE MARCAR LA DIFERENCIA

En prácticamente todos los ámbitos de la vida, el talento no lo es todo. Ni mucho menos.
Lo que marca realmente la diferencia es la determinación y la reacción ante un contratiempo o dificultad que nos aparezca, pues eso marcará la progresión que tengamos en el futuro.
“El éxito a menudo lo logran aquellos que no saben que el fracaso es inevitable”
Coco Chanel
Si quieres ayudar a tu hijo a superarse y no rendirse a la primera adversidad, ayúdale a trabajar su fortaleza mental. Sigue leyendo y te cuento como.
La prueba más evidente y gráfica aquí son los deportistas, a los que no sólo se les mide por sus parámetros físicos o técnicos, si no por su gen competitivo o por su fortaleza mental, sobre todo en los momentos críticos.
En los estudios, el caso no es diferente.
Te podría hacer una lista muy amplia de alumnos míos que, a priori, no tenían capacidades sobresalientes pero que, sin embargo, han alcanzado niveles profesionales mucho mayores que otros que sí las tenían, pero que no han sabido o podido aprovechar.
TRABAJAR LA FORTALEZA MENTAL ES CLAVE, Y LO SÉ POR EXPERIENCIA
En mi opinión, en todos esos casos, y otros que conozco, es porque no supieron trabajar el aspecto mental.
Y no lo digo como crítica, ni mucho menos. Porque yo mismo sería uno de ellos, no tengo por qué ocultarlo. Más bien al contrario, tengo que decirlo.
Yo lo viví, lo sufrí y lo conseguí superar
En el instituto, era el primero (o de los primeros) de mi clase, pero algo cambió cuando llegué a la universidad. Quizá fue vivir fuera de casa o la no evaluación continuada, no lo sé, pero lo que sí sé es que la cosa cambió, llegaron los primeros malos resultados de mi vida y…
… caí en un bucle de impotencia, ansiedad, culpabilidad y muchas cosas más.
Todo ello no sólo no es que no dejara que mis resultados volvieran a subir, sino que me llevaba a tomar malas decisiones porque mi ego no me dejaba ver la realidad. Y la situación se perpetuó varios cursos.
Gracias a mi entorno (padres, hermano y amigos), conseguí remontar, tras mucho sufrimiento, tras muchos euros dilapidados en segundas, terceras y cuartas matrículas, y tras mucho tiempo, demasiado, sin ser capaz de asumir la situación y aceptar la ayuda profesional que tanto se me había ofrecido.
Tras 2 terapias, especialmente la segunda, algo cambió en mí: empecé a compaginar estudios y trabajo, me enfrenté a retos personales impensables antes y, años después, comencé un proceso de desarrollo personal que todavía continua.
Al final, estoy feliz con mi vida, pero lo pasé muy mal, y lo hice pasar también mal a mucha gente que me quería y me quiere.
Y me gustaría que a nadie más le ocurriera. Porque sé que no es necesario pasar por lo que pasé. Y sé de gente que lo pasó aún peor, y acabó rindiéndose por no poder superar sus obstáculos…
No fallar no es una opción. Rendirse, tampoco. Superarse, sí.
No busco que nadie no falle, no se tropiece o caiga, pues sé que todos debemos pasar por eso en la vida.
Busco que cuando a alguien le ocurra, tenga las herramientas que hoy tengo yo para levantarse.
Busco que no necesiten de años como me ocurrió a mí para sobreponerse.
Y sé que la solución está en uno mismo, en la preparación mental para ser cada día nuestra mejor versión.
TODOS DEBEMOS CUIDAR NUESTRA MENTE, Y LOS JÓVENES MÁS AÚN
Desgraciadamente, en las escuelas e institutos no se trabaja en estos ámbitos, y pocas familias tienen el conocimiento necesario para poder hacerlo desde casa.
Afortunadamente, en la mayoría de los casos no se llega extremos como a los que yo llegué, e incluso peores.

Pero eso no quita que en el futuro pueda ocurrirnos, o que nos pase en una menor medida, pero de forma indefinida.
¿Sabes quién es Simon Biles? La mejor gimnasta de todos los tiempos que, en su plenitud física tuvo que dejar el deporte para afrontar problemas de salud mental que no le permitían ni rendir, ni disfrutar de la gimnasia y de la vida, pese a tener mucho más de lo que habría deseado nunca.
Todos debemos trabajar en nuestro desarrollo personal y fortalezas mentales. Y si se hace desde jóvenes, en la época adolescente, mucho mejor, porque tendrá un efecto perpetuo.
Los jóvenes son estudiantes, sí, pero ante todo son jóvenes, adolescentes, con muchos procesos biológicos y psicológicos que afrontar y, desgraciadamente, no todos saben innatamente cómo hacerlo, ni sus padres cómo ayudarles.
Mi objetivo es ayudarte a ayudarle
Y para eso es Estudiantes Productivos, para que tú, madre/padre, puedas ayudar a tu hijo, a tu hija, a sacar su mejor versión en todos los ámbitos y, para ello, verás que el trabajo mental es muy importante.
Y hoy quiero ayudarte con cómo debes reaccionar a un fracaso suyo.
Como siempre, mis consejos se basan en datos científicos contrastados, conocimientos sacados de centenares de horas de formación y miles de páginas de libros, y en mi propia experiencia trabajando con niños y adolescentes desde hace más de 15 años con más de 15.000 horas en contacto directo con ellos.
ENSÉÑALE QUE RENDIRSE NO ES UNA OPCIÓN
Trabajo con muchos chavales que, en un momento dado, por razones muy variadas, tiran la toalla.

- Los hay que creen que van a repetir curso y… “dimiten” como estudiantes. En muchos casos es cierto, van a repetir; pero, dejar pasar el tiempo y no hacer nada, NUNCA es una opción.
Y hay que hacérselo ver. Y para eso hay que hablar con ellos.
La comunicación es básica en todo este proceso. No para dar lecciones, no para castigar o amenazar con castigo, si no para hacerle reflexionar ante las consecuencias de sus actos. ¿Qué pasará el siguiente curso si finalmente acaba repitiendo, si no tiene una buena base?, que volverá a fracasar. - Otros tienen unos objetivos determinados y, como sus resultados y esfuerzo no van en la línea necesaria, en lugar de intentar cambiar y mejorar cosas para revertir la situación… rebajan sus objetivos.
Lo que están haciendo así es lanzarse a sí mismos el mensaje de que todo va bien, que siempre hay un plan B y, de esa forma, nunca va a dar su 100% (ni mucho menos).
Y en el futuro, seguro, se arrepentirán de esas malas decisiones (y te puedo poner decenas de ejemplos).
En estos casos también, de nuevo, comunicación. Para hacerles ver que, si realmente quieren conseguir sus objetivos, la solución no es darse por vencidos a las primeras de cambio.
Es analizar qué se está haciendo bien y qué mal. Una vez detectado, potenciar lo bueno y corregir o eliminar lo que no lo es.
Como te digo, hay muchas casuísticas más (si quieres consultar qué haría con otra, deja un comentario y te contesto). Esto son sólo 2 ejemplos.
EL STORYTELLING (CONTAR HISTORIAS) ES IDEAL PARA COMUNICAR
En éstas y en otras, saber comunicar es básico y, siempre que puedas, en lugar de hablar de ti y dar tu opinión, contar una historia es mucho mejor. Hay infinidad de experimentos científicos que lo corroboran.
A la gente le gustan las historias, y es la mejor forma de contar con la atención de tu interlocutor.

Yo utilizo varias, pero una de las que más uso es ésta (en realidad son 2), que te dejó aquí para que tu puedas usar también con tu hijo/a:
“Tienes que entender que en la vida hay obstáculos, y no pocos. Y que un obstáculo, a no ser que sea algo gravísimo, nos regala 2 cosas:
- Una oportunidad para superarnos, usando esa esa adversidad como una motivación para dar lo máximo de nosotros mismos.
- Y un aprendizaje, tanto si superamos el obstáculo, como, especialmente, si no lo conseguimos, pues de nuestros errores hemos de aprender.
¿No me crees?
Aaron Gwin, o como superar una adversidad
Aaron Gwin es un deportista americano que competía en descenso con bicicleta de montaña.
En una carrera de la Copa del Mundo en Austria, tras tomar la salida, tras dar una sola pedalada… se le rompió la cadena de la bicicleta.
La mayoría de las personas se habrían desmoralizado por completo, se habrían retirado o acabado con un tiempo realmente malo. Pero, para los que no se rinden, como Gwin, no había otra opción que jugársela, tocar lo mínimo el freno y… competir.
Un obstáculo tras tanta preparación y entrenamiento no te puede parar, y eso ocurrió: Aaron Gwin pasó a los libros de historia de su deporte por ganar esa prueba.
Se sobrepuso a ese obstáculo con una fortaleza mental increíble, llegando a un estado de concentración nunca visto, que le permitió no cometer el más mínimo error, y ganar la carrera. Carrera que, seguramente, si no se le hubiera roto la cadena, no habría ganado.
Rendirse no es una opción
Después de conocer esto, ¿tú vas a rendirte por una mala nota o por que un tema te parezca más difícil de lo normal, o porque tengas mucho trabajo que hacer?. Si lo haces, eres de los que se rinden, y la historia no guarda ningún lugar para ti y los que son como tú.
Desde hoy no puedes olvidar que cualquier obstáculo te brinda una oportunidad única para superarte y sacar lo mejor de ti.
Y eso es lo que debes hacer de ahora en adelante cuando algo te intente frenar.
Y si te frena, que no sea sin haber intentado superarlo.
Porque, como te he dicho antes, un obstáculo te regala la oportunidad de superarte, como Aaron Gwin y, si no lo superas, de aprender qué no debes hacer para que a la siguiente ocasión que te surja, puedas hacerlo… como Edison.
Thomas Alva Edison, o la capacidad de fallar y aprender
¿Sabes quién es Thomas Alva Edison? Sin duda alguna, una de las mentes más brillantes de la historia, y célebre por ser, entre otras muchas cosas, el inventor de la bombilla.
Sí, la bombilla. Si lo piensas, algo simple, ¿verdad?. Simple hoy, pero en 1.879 fue todo un hito, y uno de los inventos más revolucionarios de la historia.
¿Por qué te hablo de Edison? Porque el conseguir el funcionamiento de la bombilla no fue de la noche a la mañana. Al contrario, le llevó años de investigación, y decenas y decenas de fracasos en sucesivos experimentos. Tal es así, que se hablaba de que había hecho unos 1.000 intentos fallidos.
Pues bien, el día que Edison presentó al mundo su invento dio una conferencia de prensa en la que le preguntaron cómo fue tan insistente y como había confiado tanto en su instinto, pese a haber fracasado casi 1.000 veces.
Su respuesta pasó a la historia y es un ejemplo único de la gente que no se rinde: “No he fracasado casi 1.000 veces en inventar la bombilla, si no que he descubierto 999 formas de no hacerla”.
Edison sabía que, sin todos los errores anteriores de los que aprendió muchísimo, que le habían permitido ir corrigiendo pequeños defectos, no habría podido llegar a culminar su descubrimiento.
¿Qué habría sido de nuestro mundo si Edison se hubiera rendido al intento 20 o al 200?
Ante un error hay 2 opciones: aprender o rendirse. ¿Cuál vas a escoger?
Afortunadamente, hay gente que no se rinde pese a encontrarse un obstáculo y perder, porque sabe que de cada derrota debe sacar una conclusión, una forma de no hacer las cosas, y en el siguiente intento cambiará para no volver a fallar.
¿Quieres que cambien las cosas?, ¿quieres que cambien tus notas y tus resultados? Pues empieza a cambiar tú, a dejar de hacer lo que no te ayuda, y a empezar a hacer lo que sabes que sí y lo que otros, que saben más que tú, te dicen que debes hacer.
Porque, si no cambias nada, nada cambiará.”
Espero que esta historia (doble) pueda servirte para ayudar a tu hijo a comprender que rendirse no es una opción.
Y, como siempre digo, “el movimiento se demuestra andando”. Es decir, quien primero debe aplicarse esa máxima de no rendirse nunca, debes ser tú, pues si le intentas mandar un mensaje, pero no concuerda con tus actos, es más que probable que tu incongruencia le sirva como otra excusa para ir por el camino fácil, aunque le lleve a un resultado no deseado.